Los reacios a los concejos plurales vienen en todo tipo de colores y sabores electorales, pero lo más tozudos y que pretenden asustar con el petate del muerto son el edil de San Miguel, el de San José Villanueva y la alcaldesa de Antiguo Cuscatlán. No son los únicos, pero si son los que más ladran.
Valdría la pena preguntarles ¿qué esconden? Porque no hay otro motivo para oponerse a una medida que garantiza la participación y la democracia, que la llegada de los concejos plurales. ¿Será que con la llegada de la pluralidad a los concejos, los chanchullos deberán ser cosa del pasado y eso ya no les tiene cuenta a los ediles que se oponen? Es curioso que Milagro Navas haya comenzado a hablar de la compra de concejales, eso nos hace pensar que antes la desesperación por la medida “cosas veredes amigo Sancho” o cosas oiremos amigo Sancho!
La desesperación es mala consejera amigas y amigos ediles, aunque entendemos a Milagro Navas que en medio de la desesperación porque se les acaba el negocio, estén comenzando a dar pataletas, estén promoviendo discursos de incertidumbre y estén buscando frenar este mecanismo contralor al menos, por un periodo municipal más.
Ese es un camino incorrecto que no les traerá réditos políticos amigas y amigos ediles. Si ustedes consideran que todos deben de estar en la cama, pues presionen a sus respectivos grupos parlamentarios para que se habiliten las listas abiertas y desbloqueadas, así se avanzará con más prontitud hacia la democracia. Pero que no se dé lo de las listas, no los inhibe a ustedes a promulgar por que no sean una realidad los concejos plurales, que no se les vea tan mezquinos, sepan disimular.
Nos imaginamos que van a comenzar con una carrera contra el tiempo por maquillar financieramente su gestión, no será todos los que estén en apuros, pero al verles la negativa, imaginamos que por ahí podría andar el asunto.
Los actuales ediles se ven auditados en sus gestiones pasadas por los plurales que llegarán. Le recomendamos a los miembros de los concejos plurales que no gasten pólvora en zope y se centren en aquellas gestiones municipales que no han prescrito y seguramente, el pueblo conocerá lo “buen” administrador que los ediles han sido.
Nos hemos enterado que ahora que hay negativa en firme del aplazamiento, triquiñuela que buscaban, por parte de la Asamblea Legislativa, van a requerir más que nunca de apoyos de expertos en llevar doble contabilidad y esas truculencias similares.
Nos preguntamos si el alcalde de San Miguel podrá seguir haciendo negocios con su canal TVO en la Perla de Oriente, cuando los concejos plurales sean una realidad. Quizás por ese y otros motivos, no les cae en gracia que lleguen otros a fiscalizarlos, a contarles las costillas, porque en este tiempo atrás, han estado a manos llenas haciendo sus propios negocios sin que nadie les diga nada, ahora es tiempo de poner sus barbas en remojo y comenzar a pensar en el país, comenzar a cuidar todos los dineros y a evitar el despilfarro a como dé lugar.
Los concejos plurales no son una intromisión a la gestión municipal per se, son un mecanismo de contraloría y de transparencia que no se tenía antes y ahora que estamos cerca de tenerlos, no lo debemos desperdiciar. Al que no le gusten este tipo de concejos, que se quede en casa, pues así es la democracia.
Sino nos alcanza la democracia para que el pueblo los audite y los controle, al menos que se cuiden entre ellos, quizás así nos vaya mejor.
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