En las primeras horas de conocerse oficialmente la candidatura de Edwin Zamora, surgió un grupo en Facebook llamado “No a Edwin Zamora como candidato”, que es una estrategia de Ernesto Muyshondt articulada en secreto por Juan Carlos “El Gallo” López Avilés, cabecilla ARENA 3.0, brazo de difamación y desinformación del partido. Le han comenzado a serruchar el piso a Zamora, y todavía no se ha afianzado como el candidato de ARENA por la capital. Sabemos que en ese partido, te sonríen de frente y te apuñalan por la espalda. Por eso es que afirmamos que a Edwin le harán la camita para enterrar su futuro político.
En la nominación de la candidatura de Edwin Zamora en el COENA, no vimos a los fundadores del partido, a la dirección departamental tricolor de San Salvador, mucho menos a Norman Quijano. Así que el que huele a pueblo, no llegó donde estaba el perfumado.
La noche de ayer estuvo Edwin Zamora en el programa de Nacho Castillo hablando de su candidatura. Con un nerviosismo palpable Zamora habló de las cosas que hará de llegar a la alcaldía de San Salvador. Intrínsecamente se intuye que estas promesas de Edwin dadas a conocer en su primera aparición como candidato, afirman las deudas del actual alcalde de San Salvador, Norman Quijano.
Significa entonces que Edwin Zamora de a poco tendrá que comenzar a hablar mal de Quijano y de su gestión en la alcaldía de San Salvador, porque no puede decir que todo está bien. Hacerlo sería un suicidio político y no creemos que Edwin Zamora sea tan ingenuo. Irremediablemente estará condenado a hablar de la corrupción de Quijano en esa alcaldía.
Por lo anterior, vemos un camino cuesta arriba para Edwin en su trayecto para la alcaldía de San Salvador, debido a que debe luchar primero internamente entre las estructuras inconformes y los que le quieren echar zancadilla. Hasta que allane esos valladares, entonces podrá salir a competir en contra de los otros tres candidatos por la alcaldía de San Salvador. ¡Antes no!
También está el tema de las diferencias de Edwin con uno de los dueños del partido, el capo Cristiani, que a la fecha no le ha perdonado el atrevimiento de filtrar públicamente el desprecio en su contra. Se recuerdan que fue Mario Valiente en contubernio con Zamora los que fueron los que planificaron esta forma de decir las verdades de manera velada.
Finalmente, no puede pretender Edwin Zamora que le endosen respaldo los capitalinos a su candidatura, sin antes fijar posición sobre la expulsión de Paco Flores del partido ARENA. Esta es la esencia de la supuesta renovación. Pero sin cortar de tajo con la tradicional cultura criminal que el partido inculca (y confesa por el mismo Paco Flores), no hay renovación que valga.
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