LOS CORRUPTOS DE SIEMPRE I

Por Eliseo Buendía

Los graves problemas de corrupción, de nepotismo, tráfico de influencias, de imposición, no terminan en Arena. Durante sus nefastos 20 años de gobierno al frente del Ejecutivo expandieron la pobreza en las mayorías poblacionales y, por el contrario, concentraron la riqueza en pocas manos, en la así conocida argolla dorada.

La misma naturaleza de este partido no les permite trabajar con sensibilidad y solidaridad hacia las clases más desposeídas, su candidato actual a la presidencia puede prometer y hablar a los cuatro vientos que gobernará para los más pobres y creará empleos y atraerá la inversión extranjera y nacional.

Es lo mismo que dijo Alfredo Cristiani cuando asumió la presidencia: combatiremos ese círculo fatal de nacer y morir en la pobreza; lo repitió Armando Calderón Sol, lo multiplicó el inútil de Francisco Flores, con la firma de los TLC y la promesa de crear miles de empleos, y se lo endosó a Antonio Saca González, quien prometió más de lo mismo.

Los fundadores y patrocinadores de Arena son los dueños de las grandes empresas, de los beneficios de café, de los ingenios azucareros, los que vendieron el sistema financiero nacional, de los grandes centros comerciales, los grandes evasores de impuestos, etc. ¿Cómo entonces pedirles que sean solidarios y acepten al menos pagar mejores salarios a los trabajadores?

En sus cuatro años de gobierno las licitaciones fueron ganadas por las grandes empresas fabricantes e importadoras de medicinas, como el laboratorio de la familia Cristiani; lo mismo los equipos para los distintos ministerios, la maquinaria para Obras Públicas (al final del mandato de su último presidente la vendieron como chatarra).

Muchas de esas medicinas estaban vencidas. Al asumir las nuevas autoridades el Ministerio de Salud Pública, encontraron enterradas muchos barriles conteniendo medicamentos vencidos. La Fiscalía General de la República nunca investigó nada a pesar de contar con la denuncia y los expedientes respectivos bien documentados.

Los puestos en direcciones intermedias se daban a sus allegados, a sus familiares, a los amigos y a los que “habían sudado la camiseta de Arena” en las campañas electorales. La actual alcaldesa en funciones, Gloria Calderón de Oñate, es un claro ejemplo de corrupción y nepotismo.

La “encantadora” señora es hermana del ex presidente Armando Calderón Sol. Tenía una plaza en el FISDL, supuestamente hacía “obra social” en la Secretaría de la Mujer, dirigida por la primera dama de la nación y cobraba en el Centro Nacional de Registro (CNR).

Como dicen los abogados es rea confeso, pues declaró públicamente que por sus labores en la Secretaría de la Mujer no devengaba ningún salario y por eso cobraba en el CNR. No tiene vergüenza alguna en admitirlo. Eso aquí y en el último confín del mundo, se llama corrupción ¿verdad señor Calderón Sol?

En la actualidad está a cargo del despacho de la alcaldía municipal de San Salvador. Los “analistas” políticos muy dados a encontrar los caminos retorcidos y los vericuetos por donde circula la corrupción, las intrigas y los conflictos de interés, adelantan que es la cancerbera para garantizar que sigan fluyendo fondos de los contribuyentes para la campaña de Quijano.

Por cierto, hasta el día de hoy el señor Quijano no ha podido explicar de dónde han salido los fondos utilizados para invertir en propaganda y publicidad de su millonaria campaña. En los últimos seis meses la alcaldía de San Salvador invirtió más de un millón dos cientos mil dólares en spot televisivos, cuñas radiales y anuncios de prensa.

Esa publicidad no era para dar a conocer las obras ejecutadas (?) y proyectos de la alcaldía, sino para levantar la vertiginosa caída del señor Quijano. El Código Municipal claramente establece que no se pueden enajenar los bienes, impuestos ni tasas municipales para fines personales o ajenos a la promoción de las alcaldías.

La Fiscalía General de la República, la Corte de Cuentas y el Tribunal de Ética Gubernamental tienen mucho por investigar, empezando por las cuentas pendientes que tiene la señora de Oñate y el mismo Norman Quijano, cuando fungió como diputado en la Asamblea Legislativa.

Que la verdad sea para todos.