Efectivamente, la Corte de Cuentas en un hecho cuestionable nada más le entregó una especie de constancia electoral para que transitoriamente se pudiera registrar en el TSE, fue una especie de regalía o un visto bueno transitorio ya que el corrupto de Quijano no ha podido desvanecer más de 12 reparos hechos por la contraloría al Concejo Municipal de San Salvador.
Los señalamientos van desde adquirir clavos, hierros y madera en ferreterías de Santa Ana (la Corte repara en este “pequeño” detalle y no encuentra explicación alguna al porqué se ha tenido que viajar hasta el occidente del país, existiendo tantas ferreterías en la capital) hasta malversación de más de 500 mil dólares del FODES utilizados en la campaña electoral del turbio de Quijano.
Desde luego, hay graves cuestionamientos en la “inversión” del llamado parque Bicentenario, porque las cifras se han sobrevaluado y no corresponde con las facturas de compras de materiales, además de no mostrarse obras de modernización ni instalación de aparatos o equipos de gimnasia para los visitantes a la finca El Espino, área prácticamente tomada “a la fuerza” por las autoridades municipales de San Salvador.
También están las adquisiciones o arrendamientos súper inflados de inmuebles para albergar a los vendedores y vendedoras desalojadas violentamente de sus lugares de trabajo en el centro capitalino. La Corte de Cuentas además de señalar que no se han adecuado esos inmuebles para ser centros comerciales, reporta que se han invertido más de 50 millones de dólares todavía no justificados.
La misma Corte de Cuentas parecería contradecirse en sus argumentos pues mientras explica que las autoridades municipales no han aclarado ni desvanecidos más de 12 reparos, ha entregado una especie de solvencia a Quijano para su inscripción en el TSE, violación a la Constitución que ha detectado el abogado Pastore y por lo cual ha solicitado la revocatoria y anulación de la inscripción del candidato presidencial de Arena.
Las investigaciones de la Corte de Cuentas debían ir más al fondo pues en el pasado existen casos de corrupción claramente probados y documentados a Quijano, como la construcción de un pozo en un terreno de su propiedad hecho con recursos humanos y materiales de la ANDA, así como la malversación de fondos en la compra de tintas para impresoras en su oficina de la Asamblea Legislativa, cuando fungía como diputado... También está la compra de una camioneta blindada por más de 115 mil dólares, la cual utiliza actualmente en su campaña electoral.
Ahora en plena campaña Quijano promete austeridad y reducción de los gastos para “hacer un gobierno eficiente”, lo mismo que invertir el agro y en seguridad pública, cuando los cuatro infames gobiernos de Arena han sido los más corruptos y los grandes despilfarradores de los fondos públicos, así como amos y señores de la evasión y la elusión fiscal, del contrabando, el crimen organizado y el crecimiento de las pandillas y la delincuencia común.
Los que abrieron las sendas y los corredores fronterizos y costeros para el libre tránsito de la droga, los reyes de la página roja, los grandes viajeros (Francisco Flores Pérez, el asesor estrella de Quijano, rompió todos los récord al hacer 120 viajes al exterior, Antonio Saca, le siguió con 110, la última al Vaticano, con una comitiva superior a 50 personas) y los destructores del agro y la unidad familiar, pues con sus infames políticas de no generar empleo, obligaron a miles de salvadoreños a emigrar hacia los Estados Unidos y otros países.
Ahora los grandes cínicos y sinvergüenzas quieren recuperar El Salvador para seguir con la fiesta, es decir la cumbia de la corrupción, el despilfarro y la administración del Estado como si fuera su propia finca, esas convertidas en feudos por los voraces terratenientes debidamente registrados en la triste historia de este país.
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