“Si la Corte de Cuentas no me entrega el finiquito, no importa siempre me voy a inscribir en el Tribunal Supremo Electoral”. Exactamente: no le importa trasgredir las leyes, pasa por encima de la Constitución, y las más elementales normas de decencia y conducta pública; en su periplo como alcalde expulsó a las y los vendedores de sus puestos de trabajo, nunca las dio opciones ni facilidades para ganarse la vida.
En los maquillajes a los parques y plazas públicas ha cometido repetidas violaciones como no obtener permisos del Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales para talar árboles y construir con hierro y cemento. Además de tener graves señalamientos de corrupción por parte de la Corte de Cuentas. Uno de esos reparos venció el 23 de septiembre pasado. El todopoderoso de Quijano no va a desvanecer esos hechos, como no lo hizo con un presupuesto “chabeleado” de 38 mil dólares para adquirir tintas para impresoras cuando fungió como diputado de Arena en 2006. Tampoco desvaneció las acusaciones de construcción de un pozo en un terreno rústico de su propiedad con maquinaria y mano de obra de la ANDA.
En su calidad de candidato a alcalde de San Salvador prometió poner a funcionar un moderno sistema de transporte en la capital. Hasta su compinche guatemalteco le prestó un bus articulado de los que circulan en aquella ciudad. Por supuesto, los “grandes medios de comunicación” lo sacaron como tacuazín en grandes fotografías; también habló de hacer bóvedas sobre las quebradas y construir centros comerciales populares; además que instalarían cámaras de vigilancia en todos los parques y centros de diversión para dar mayor seguridad a la familia salvadoreña. Todavía estamos esperando esas monumentales obras. ¡Semejante mentiroso!
Y podíamos seguir con la camándula de reparos y hechos de corrupción, pero a este hombre, prepotente y soberbio, le resbalan las acusaciones totalmente comprobadas con testigos y documentos. Sólo basta con abrir cualesquiera de los expedientes que duermen el sueño de los justos en la Fiscalía General de la República o la Corte de Cuentas para darnos cuenta con la clase de persona que estamos tratando. ¿Y tiene la osadía de aspirar a la presidencia de la república para “recuperar El Salvador” para los dueños de los billetes? ¡Por favor!
Y los capitalinos se preguntan y ¿por qué no rinde cuentas claras sobre los más de 500 mil dólares del FODES invertidos en su campaña electoral? La ley estipula que esos fondos nada más pueden utilizarse en obras municipales; pero en ningún momento para publicitar la imagen de un candidato; también debería informar sobre los astronómicos gastos hechos en unos caminitos vecinales y unos bancos de madera construidos en el llamado Parque Bicentenario.
Este caballero y su grupo de asesores con el corrupto de Francisco Flores Pérez a la cabeza, no tienen dignidad, decoro ni decencia. Mienten, ofenden y calumnian a sus rivales. Quijano tiene la osadía de decir que está “luchando contra un monstruo de cuatro cabezas: Gana, el FMLN, el presidente Funes y el bloque de tres partidos. Mejor sería decir que está luchando contra la no presentación del finiquito, los señalamientos y reparos hechos por la corte, los 115 mil dólares invertidos en la compra de una camioneta blindada que utiliza para su campaña y todos los antecedentes de corrupción que no le permiten conciliar el sueño.
Este es el personajillo que pretende ser el presidente de la república, el que a toda costa lucha por recuperar El Salvador para los grandes evasores de impuestos, para los fundadores y patrocinadores de Arena. Para cometer toda clase de fechorías y ardides es que tiene como asesor a ese gran corrupto y mentiroso compulsivo llamado Francisco Flores Pérez.
No comments:
Post a Comment