LOS IGUALADOS

En el ambiente nacional se producen hechos de distinta naturaleza, muchos de ellos risibles, absurdos y carentes de toda lógica. Los más recurrentes son los conocidos como igualados, es decir los que tienen su carrito, alguna propiedad, sus ingresos y tratan de vivir como burgueses.

Son los que repiten como loro en estaca los discursos de Arena, su tornan valentones, defienden a capa y espada “nuestras libertades y valores democráticos” y atacan a otros países sin conocer su idiosincrasia, su sistema de gobierno y la forma de vida de sus habitantes.

Repiten con los fascistas “no queremos el Socialismo del Siglo XXI ni vivir como los cubanos y venezolanos”. Estamos seguros que ninguno de ellos conoce ni siquiera lo mínimo del socialismo, mucho menos han estado en Cuba o Venezuela; pero basta con las arengas y señales enviadas por los dirigentes de Arena para formar parte del circo y el show mediático.

Hace seis años en la campaña presidencial de 2009 aseguraron que de ganar el FMLN se romperían relaciones con los Estados Unidos, ya no vendrían las remesas y los compatriotas perderían sus trabajos. Nada de eso ocurrió, por el contrario se consolidaron las relaciones diplomáticas y comerciales, aumentó el flujo de remesas y los salvadoreños han estabilizado su estadía en la nación del norte.

También en su prédica fascista dijeron que “Chávez se apoderaría de nuestro país” y que los cubanos adoctrinarían a “nuestros hijos”. Calumnias y pura propaganda para asustar a la gente tal como lo hicieron en la campaña actual con su feroz y denigrante campaña de acusar al gobierno de pactar con las pandillas.

Los igualados están contentos con el mensaje de sus jefes, los festejan, visten y se mueven como los burgueses. Son fanáticos y hasta peligrosos, pues se vuelven confidentes y traidores de su clase. Comen frijoles y eructan pollo. Cuando le dan la mano a un oligarca pasan hasta una semana sin lavarse y se ufanan con sus vecinos de haber conversado y ser “amigos” de don fulanito.

No miden las consecuencias ni viven la realidad de nuestro país. Están a gusto con su miseria intelectual, no son solidarios ni se asoman a las grandes necesidades de las familias más vulnerables, esas que desprecia Arena y sus corifeos los llaman “chusma”. Dan lástima; pero ellos festejan las alegrías y la riqueza de los burgueses.

Jamás aceptan recriminaciones ni las acusaciones de corrupción de ex funcionarios de Arena, para ellos Francisco Flores Pérez, es un perseguido político, una víctima del sistema, un gran presidente a quien no le reconocen sus buenas obras, como imponernos la dolarización y los TLC que hundieron la economía del país.

Son tontos útiles, vividores y vendedores de ilusiones.