¿CREE USTED EN LOS PAJARITOS PREÑADOS DE LA OLIGARQUIA?

¿CREE USTED EN LOS PAJARITOS PREÑADOS DE LA OLIGARQUIA?

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A la oligarquía habría que recordarle que el realismo político considera que la política, como la sociedad en general, es gobernada por leyes objetivas “con raíces en la naturaleza humana”. La envidia, la avaricia, la acumulación de riqueza y la inequidad, jamás han sido factores para mejorar y desarrollar un país.

Por largos años, esta minoría económicamente poderosa, administró y disfrutó de los bienes del Estado a su antojo, revisaron e hicieron leyes (sus testaferros) a su antojo, jamás se preocuparon en atender las necesidades de salud, educación, vivienda y muchas prestaciones sociales de sus empleados y trabajadores.

La sociedad era entendida por sus intereses, caprichos y valores económicos. Las leyes objetivas nunca fueron apreciadas para ponerlas en función del desarrollo del país,. Las criaturas humanas están hechas a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto el paraíso es para disfrutarse en la “eternidad”, en la tierra vivan con sus ingresos y sus posibilidades.

Los diversos gobiernos, desde que eran dirigidos por su misma clase, hasta cuando delegaron en la dictadura militar y en sus apéndices, deberían regirse por el modelo de capitalismo salvaje, “el único sistema para generar riqueza, desarrollo y progreso”, según escribe el miembro del G-20, Enrique Altamirano Madriz.


La política y sus actores nada más encuentran su racionalidad y verdad, en cuanto sigue y obedece los mandamientos de los grupos privilegiados. Salirse de este espacio es conspirar contra la democracia, el Estado de Derecho y las libertades, esas categorías hechas a semejanza de los grandes intereses económicos y políticos de la oligarquía.

Lo hemos dicho y lo reiteramos: el primer gobierno del FMLN no fue impuesto ni del gusto de la oligarquía y de la burguesía. Por eso los constantes ataques desde 2009 hasta el presente nunca cesaron, como parte y parcela de una agenda compartida por la “gran prensa”, las cúpulas empresariales, los octogenarios abogados, testaferros, articulistas y analistas a sueldo.

Por eso no creemos en pajaritos preñados. Sobre todo cuando las cagaditas caen de los techos y los patios de las residenciales de la Escalón, San Benito o Santa Elena. No basta con el realismo y el examen de los hechos para comprobarlo. Simplemente analicen su discurso y el desvío de las inversiones hacia otros países...

El fondo es otro. La oligarquía no descansa en sus planes desestabilizadores y por todos los medios posibles buscan desacreditar a los gobiernos de izquierda, tal como lo están haciendo desde hace mes y medio en Venezuela. Lo quisieron hacer con el presidente Chávez y ahora vuelven a la carga contra el mandatario Nicolás Maduro.

El presidente Funes se les puso al brinco. No aceptó presiones de ninguna naturaleza y fue directo al meollo de los problemas, de sus causantes y protagonistas. Es, sin duda, el enemigo número uno de esta clase insolente, como también lo será el profesor Salvador Sánchez Cerén. ¿O creen ustedes que los dueños del billete aceptarán así como así al nuevo gobierno?

Al acercarnos a la realidad política, leemos los sendos manifiestos de las cúpulas empresariales, de FUSADES, llamado el tanque de pensamiento de la oligarquía, de los títeres dirigentes de Arena y hasta del llorón de la Escalón, cuyo rabo todavía está escondido entre las patas, al regresar a su lugar de trabajo del que nunca debió de salir.


Esos manifiestos son lágrimas de cocodrilo, puras patrañas, un saludo y un reconocimiento superficiales (legal pero no legítimo, dicen), las uñas y la piel del tigre las veremos en los próximos meses, cuando asuma el nuevo gobierno, pues el gran temor de la oligarquía no está en la continuidad de los programas sociales, sino en el proyecto político e histórico del FMLN.

El nuevo mandatario, por lo tanto, debe ponerse en posición de estadista para enfrentar con sangre fría y verdadero realismo político, las acometidas de la insolente oligarquía. Estamos en un escenario de intereses opuestos, de conflictos, por ello los principios morales no pueden realizarse plenamente.

Hay que saber combatir, leer entre líneas y desenmascarar a los profetas del odio, a los eternos enemigos del pueblo salvadoreño. El Plan de Gobierno deberá elaborarse y echarse a andar. Saldrá victorioso el proyecto auténtico y adaptado a las necesidades de este pueblo. Esta es la gran verdad y es un recurso legal para contar con el respaldo de las grandes mayorías.

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