No hay forma que desde un set televisivo o radial pueda agenciarse el diputado Zamora el cariño y el favor de la gente para las elecciones de marzo 2015. Eso es simplemente imposible. Pero antes de ir a buscar apoyos afuera, debe asegurarse que tiene el apoyo de sus bases, el apoyo de Quijano y de otros que le están serruchando el piso. Sin ese endoso de apoyo al interior de ARENA, es prácticamente imposible que pueda convencer al pueblo que no es parte de las estructuras tricolores.
Si el pueblo sigue percibiendo que a Edwin lo impusieron los dueños del partido y que eso ha derivado en el rechazo de Quijano y sus bases, no existirá poder divino para que el pueblo lo pueda tomar en serio para endosarle la dirección de la comuna capitalina. Sino tiene capacidad de cohesión al interior de los tricolores, ¿Cómo podrá salir adelante con todos los problemas en los que se encuentra la alcaldía de San Salvador, la cual hoy es gerenciada, por decirlo de alguna forma, por Norman Quijano?
Mientras Quijano siga hablando de la división interna de ARENA, el pobre Edwin tiene cuesta arriba esta elección, pues no solo debe luchar con los adversarios, sino con los demonios internos.
En la brevedad o en el corto plazo, Edwin debe pedir que le den acceso al número telefónico de Norman Quijano, rezar para que este le conteste y de darse el milagro poder comenzar, si es que se puede, a establecer un diálogo sincero con el edil capitalino para que no le siga aguando la candidatura. Cada aparición de Quijano significa un nuevo dardo que apunta directo a Zamora y derrumba sus tristes aspiraciones.
Otra cosa que debe hacer Edwin es solicitar al COENA que devuelvan el dinero que dicen que Paco les entregó para la campaña de Tony Saca. Si en la memoria de la gente queda que uno de los destinatarios fue el partido ARENA, no existirá forma que el pueblo pueda volver a confiar en ellos. Aunque digan que están renovados, y aunque digan que están democratizados. Prueba de esta falencia es el apoyo que le siguen dando a Paco Flores, evitando su expulsión del partido tricolor. Mientras eso no cambie, menos gente le creerá a Edwin que viene a rescatar San Salvador.
Valdría la pena preguntarle en ese sentido: ¿Rescatar de quién y para quién? Porque el partido político que hoy gobierna la comuna de la capital salvadoreña es el partido ARENA. ¿Cómo se le dice a los electores que, por un lado, Quijano está haciendo un buen trabajo, pero por otro, se les impone un nuevo candidato para supuestamente continuar la gestión y que muy pocas personas conocen? ¿Debe explicar ARENA a sus bases y electores el porqué del cambio?
Ahora bien, quizás sea mejor que el COENA y los dueños del partido (esos que tomaron la decisión del cambio de candidato) le expliquen a sus bases, correligionarios y otras estructuras tricolores por qué no cuajó la candidatura de Edwin Zamora. ¿Acaso todavía pesan aquellos famosos audios de Edwin en el inconsciente colectivo de los tricolores y lo ven como un tránsfuga en ciernes?
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